☆ ARIANA EN CHILE...☆

miércoles

ME IMPORTA UN PITO

No sé, me importa un pito que las mujeres

tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;

un cutis de durazno

o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero,

al hecho de que

amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento

insecticida. Soy

perfectamente capaz de soportarles una nariz que

sacaría el primer premio

en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! - y en

esto soy

irreductible – no les perdono, bajo ningún pretexto, que

no sepan volar.

Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden

seducirme! Esta fue

- y no otra – la razón de que me enamorase tan

locamente, de María Luisa.

¿Que me importaban sus labios por entregas y sus

encelos sulfurosos? ¿Que

me importaban sus extremidades de palmípedo y sus

miradas de pronóstico

reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del

dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la

despensa. Volando me

preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus

compras, sus

quehaceres... ¡Con que impaciencia yo esperaba que

volviese, volando de algún

paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las

nubes, un

puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!... y a los

pocos segundos, ya

me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme,

volando, a

cualquier parte. Durante kilómetros de silencio

planeábamos una caricia

que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras

nos anidábamos en una

nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en

hoja muerta, el

aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Que delicia la de

tener una mujer tan

ligera... aunque nos haga ver, de vez en cuando las

estrellas! ¡Que

voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la

de pasarse las

noches de un solo vuelo! Después de conocer a una

mujer etérea, ¿puede

brindarnos alguna clase de atractivos una mujer

terrestre? ¿Verdad que no hay

una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con

una mujer que

tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy

incapaz de comprender la seducción de una mujer

pedestre, y por más empeño

que ponga en conseguirlo, no me es posible ni tan

siquiera imaginar que pueda

hacerse el amor más que volando

Oliverio Girondo


Posted by Ariana en Chile :: 3:23 p. m. :: 0 comments

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